De la inocencia a la madurez

Hola a todos mis lectores, espero que estéis bien y gracias por ser pacientes conmigo, he tenido ciertos problemas y no he podido darle tiempo a mi blog pero aquí estoy de nuevo con una nueva entrada para vosotros, espero que os guste. 

Bueno, ¿de qué voy a hablar hoy? pues bien, el tema es el siguiente. En estas últimas semanas, me he visto rodeada de situaciones en las que no he sabido como actuar. No nombraré dichas situaciones dado que son personales y no quiero comentarlas pero si quiero recalcar el hecho de tomar decisiones a lo largo de tu vida. Al igual que el directivo de una empresa debe evaluar el entorno en el que está una empresa y tomar decisiones sobre que es lo mejor para la misma y tener una buena posición en el mercado así mismo hacemos nosotros en ciertas situaciones de nuestra vida que incrementará nuestra experiencia, nuestra fortaleza, nuestra forma de pensar y nuestras formas de ver las cosas desde un punto de vista distinto. Eso, amigos míos, se llama madurez. 

¿Qué es la madurez? ¿Alguna vez te lo has preguntado? Hay muchos tipos de madurez: la madurez emocional, la madurez de un determinado alimento, la madurez sexual, etc. La madurez de la que hablo yo, es aquella actitud que desarrollamos con los años que nos ayuda a tomar las mejores decisiones, que nos hace mas fuertes y que, por supuesto, nos aporta cierto grado de felicidad. La madurez no se mide por los años, una persona de 30 años puede ser inmadura y una de 15 ser madura, lo mismo pasa a la inversa pero el hecho de que una persona sea madura porque pase los treinta, no siempre es del todo cierto. ¿Por qué digo esto? os contaré un caso en particular pero sin muchos detalles: una amiga a la que quiero mucho estaba en una situación determinada de su vida, tenemos la misma edad aunque ella me lleva dos meses y veintiún días jejeje, no es lo importante por supuesto. Era la primera vez que pasaba por un momento de su vida de ese tipo y contaba ya casi dos años, las veces que hablaba conmigo me explicaba cómo se sentía, cómo pensaba y cómo le gustaría que fuese esas situación sin que lo fuera. Desde aquella vez que hablamos, noté un cambio significativo en ella, vi con el tiempo como en esa situación ella maduraba pero también sufría, le agotaba pero no se rendía y se hacia más y más fuerte conforme se daba cuenta de que esa prueba tenia que acabar. Hace poco que hablé con ella y me dijo que había superado esa prueba. Me sentí orgullosa jejeje para que negarlo, porque la madurez que ella poseía le había ayudado a tomar una buena decisión y que estaba mejor así. 

Hay momentos en nuestra vida que nos van a marcar y nos desarrolla como personas, unos duelen y otros no, unos duran muchos y otros no, más intensos, mas agotadores, etc pero ¿sabes una cosa? ten la lucidez de pensar con claridad y adopta un espíritu y una actitud de fortaleza ante esas situaciones y verás como te satisface el resultado final. No te rindas nunca, y conserva la madurez que tengas, si no la tienes desarrolla aquello que te falta, no importa la edad que tengas, importa lo que eres como persona y tu mentalidad ante determinados momentos de tu vida. Aprovecha el tiempo porque los días son malos, ríete siempre que puedas y ama con todas tus fuerzas. Lo agradecerás muchísimo :)

Gracias por leerme, es importante para mi. Bendiciones.