Vanidad, todo es Vanidad.

Había mucha gente en la Ballena cuando fui a caminar para despejarme un rato, tenia un recado que hacer y no quería desaprovechar la oportunidad de relajarme a pesar de la muchedumbre del centro comercial. Antes de realizar las compras, me recorrí de arriba a abajo el edificio para ganar tiempo de aquella tarde y observaba mi alrededor. Era algo agobiante ver a muchas personas corre corre con sus compras de última hora, dado que era la víspera de reyes se podría decir que era de lo mas normal a aquellas horas. Comprensible. Pero ahí no va el tema. De hecho, estaba en la segunda planta cuando quise comprarme alguna chocolatina como merienda en un kiosco con revistas y periódicos y me dio por curiosear aunque sin hojear porque estaba prohibido, y qué decepción ver que casi todas las revistas eran de moda, si, de moda con modelos reconocibles como Scarlett Johansson o Daniel Craig, igual me ocurrió cuando pase por una perfumería con los modelos de Hugo Boss, Carolina Herrera y otras grandes marcas. Mi mente no tardó en analizar esta situación y pensé: "Qué pena me da esa gente, todo es superficial, puramente superficial" Vestidos de punta en blanco, ropa interior sexy y sensual, posturas que no vienen a cuento, etc. Sentí lastima de esa gente como los actores que solo viven del mundo del cine y que confunden realidad con fantasía, que confunden moda y estilo con físico y sexualidad. Todas esas cosas que son... ¡¡¡pasajeras!!! Los Reyes Magos y las Navidades, fechas que son especiales pero que la gente no sabe su verdadero significado y solo piensan en consumir y consumir y traer los mejores regalos a aquellos hijos que no estudian ni se forman, que no tienen una educación correcta y que pierden mucho de su niñez. Esas personas que solo quieren vestir a la última para ser aceptados por la sociedad, para ser importantes o simplemente visten a la última moda porque se sienten bien con esas mini faldas, las camisetas de un hombro al descubierto o tops con el vientre al descubierto, los bóxers de los chicos fuera de los pantalones y muchas otras cosas cuando en realidad lo único que hacen es faltarse el respeto a ellos mismos y que nadie se fije en ellos por lo que son sino por como visten y su físico. 

Miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu. Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse. Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia. Y dediqué mi corazón a conocer la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos; conocí que aun esto era aflicción de espíritu. Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor. Eclesiastés 1: 14-18

Nuestro Señor nos habla muy bien de esto en el libro de Eclesiastés en la persona de Salomón, hijo de David cuyo testimonio ha sido de bendición y edificación para muchas personas incluyendome a mi. Él lo probó todo, todo aquello que el mundo nos ofrece y aun más en nuestros tiempos nos ofrece mucho más y finalmente acabó diciendo que todo era vanidad, pura vanidad y aflicción del espíritu porque es pasajero y no real, es engañoso, es algo que aparenta ser bueno pero que en realidad consume el alma. 

Espero que os guste, un beso a todos mis lectores. Bendiciones.