Mariposas

Los años nos ayudan a ver cosas y a vivir experiencias que nos fortalece y nos hace crecer como personas y alcanzar una madurez tal que cada vez, por lo menos es lo que debería de ser, los errores se cometen mucho menos. Pero somos imperfectos y solemos caer con facilidad incluso en la misma piedra.

En este último año he aprendido cantidad de cosas, y eso que solo ha pasado un año... 

He dado lo mejor y lo peor de mi, lo bueno y lo malo, lo positivo y lo negativo, ha sido como un desahogo en todo los sentidos pero también una carga. He sacado partes de mi ser que no creí tener, y que sin embargo han salido, he visto cosas de mi que no me han gustado y cosas que me he sorprendido a mi misma. He aprendido más que nunca que la paciencia es una virtud, fruto del Espíritu Santo, y que no se puede manipular como tú quieres, no lo intentes nunca porque es imposible, acabarás perdiendo. Me he dado cuenta de que el tiempo es oro y que cuando te das cuenta pierdes cosas en ese tiempo que no puedes recuperar, que no puedes guardar la partida y volver al punto de control donde fallaste o hiciste algo que no te gustó o que podrías haber hecho de otra manera. Me he dado cuenta de que sentimientos tan especiales y profundos como el amor no se pueden demostrar con palabras, sino con hechos, porque las palabras, palabras son y son vacías, tales que se las lleva el viento. He dado lo mejor de mi a una persona a quien creí que se lo merecía y luego me di cuenta de que no se merecía ni la mitad ni la cuarta parte de lo que le di porque no me lo demostró. He sentido cosas que no creí no sentir por nadie y que sin embargo he sentido sin planearlo siquiera, tengo amigos con los cuales puedo contar y con los que me siento a gusto. He visto la mano de Dios obrando en mi de infinitas maneras pero este último año más que nunca, he aprendido a dejarme moldear esas partes de mi ser que no son buenas y que influyen a otras personas no solo a mi misma, he sabido superar las malas situaciones y poner buena cara al mal tiempo, y saber que lo que quieres no siempre es lo que necesitas. 

He aprendido que el amor no se busca, te encuentra. ¿Has intentado atrapar una mariposa? inténtalo y tal vez lo comprendas. Y sobre todas las cosas, ten paciencia, deja que el tiempo fluya porque el mejor amigo incondicional de un sentimiento como es el amor, es el tiempo. 

Porque aunque creemos que sabemos las cosas, no las sabemos realmente hasta que no las experimentamos y eso me ha pasado a mi... y seguro que a más de uno de vosotros les habrá pasado. 

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